«La peste», de Albert Camus. Un símbolo de nuestro tiempo.

Publicado: noviembre 3, 2021 en Biblioteca, Biblioteca Morata de Tajuña, club de lectura, Literatura, Morata, Morata de Tajuña, Uncategorized
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LECTURA EN CURSO:

‘La peste’ de Camus, un símbolo de nuestro tiempo

Biblioteca Morata de Tajuña

Afrontamos la segunda lectura de la temporada a sabiendas de que la elección de este título representa una oportunidad gloriosa de certificar aquello que ya hemos experimentado tantas veces en el Club de Lectura: Los libros hablan de nosotros, de lo que nos pasa y de lo que los seres humanos llevamos dentro en cada momento. Ahora que luchamos por dejar atrás una tremenda epidemia, ahora que vivimos habituados al engaño y que caminamos con el miedo como compañero de viaje… Ahora es el momento de leer “LA PESTE”, de Albert Camus.

La novela nos invita a reflexionar sobre la supervivencia, el miedo, la responsabilidad individual y colectiva, la soledad o el fracaso

Camus nos sitúa delante de nuestro espejo moral, y nos obliga a mirarnos a nosotros mismos, y ver si nos reconocemos o no.

“La peste” está considerada una de las obras cumbre de la narrativa del siglo XX. Amarga y penetrante alegoría de un mundo al que sólo una catástrofe logra rehumanizar, lo que ahora tiene entre manos el lector es una novela apasionante, de gran densidad y de profunda comprensión del ser humano. En el transcurrir de los años se ha convertido en uno de los clásicos más indiscutibles de la literatura francesa de todos los tiempos y en uno de los más leídos.

La peste es una de las novelas más importantes escritas en Francia después de la segunda guerra mundial. Su contenido trasciende la anécdota: una epidemia de peste en la ciudad de Orán abre un tiempo de miedo y de muerte en el mundo. La narración describe admirablemente la atmósfera de la ciudad acosada por la peste y el denuedo de los hombres que arriesgan sus vidas para salvarla de la atroz epidemia. El libro se ciñe a los hechos en un momento dado; sin embargo, prevalece en él el recuerdo de un universo existente antes y después de los hechos que aquí se cuentan, un universo rico en vida y dinamismo. 

Curiosamente, a raíz del coronavirus se han reactivado las ventas de este gran clásico contemporáneo, lo que nos da una idea de que a pesar de las épocas las situaciones y las reacciones humanas no varían tanto. La historia se repite.

Lecturas sobre la peste más allá de Camus.

TEREIXA CONSTENLA 31 MAR 2020 –

DIARIO «EL PAÍS»https://elpais.com/cultura/2020-03-30/lecturas-sobre-la-peste-mas-alla-de-camus.html

SOBRE EL AUTOR

ALBERT CAMUS ( 01-01-1913 / 01-01-1960 )

Nació en Mondovi. Su origen argelino marcará profundamente su pensamiento, al igual que la búsqueda infatigable de un orden moral.

En 1940 se trasladó a París tras trabajar un tiempo como redactor en un diario argelino. Muy pronto se sintió comprometido con los acontecimientos históricos que conmovieron Europa antes y después de la segunda guerra mundial. Fue miembro activo de la resistencia francesa y director de Combat, una publicación clandestina. Su célebre ensayo El mito de Sísifo (1942) expone su noción de lo absurdo y revela la influencia del existencialimo, presente en toda su obra. Periodista combativo, disidente de todas las ortodoxias de su tiempo, polemista incansable, escribió además libros tan fundamentales en nuestra cultura como las novelas: La peste (1947), La caída (1946), El extranjero (1942), o las obras de teatro Calígula (1945) y Estado de sitio (1948). En 1957 recibió el Premio Nobel de Literatura. Murió en 1960 em Villeblevin (Francia), en un accidente automovilístico.

El estilo de la novela

Camus escribe ‘La peste’ con dos estilos, uno con el que cuenta lo colectivo y otro con el que cuenta lo individual, y en ambos casos es deliberadamente sencillo. Y hay una reflexión muy interesante sobre el propio lenguaje en la novela, sobre la lucidez y la oscuridad, sobre la necesidad de conocimiento y la necesidad de expresarse con claridad para hacerlo, y no caer en los excesos de la retórica.

Una buena ocasión para reflexionar y aprender sobre los efectos sociales y las consecuencias de los fracasos morales en tiempos del Coronavirus

Para Camus la epidemia de peste no es más que una excusa. La peste que describe no es sino el motivo literario para la reflexión filosófica que le importa: el mal existe en este mundo, y nada podemos hacer para eliminarlo de raíz, por completo, pues siempre volverá, como sucede con otras enfermedades más terrenales o naturales. Creemos que hemos acabado con ellas, pero de una manera u otra, siempre vuelven, y nos golpean con una violencia inesperada. Lo que importa es cómo comportarnos, cómo podemos cada uno de nosotros rebelarnos, ante algo que estará siempre ahí, a veces aletargado o escondido, otras campando a sus anchas, y necesitamos una brújula moral que vuelva a situarnos en el norte correcto de lo que está bien y de lo que no lo está. El alcance moral de nuestras decisiones lo medirá el bien que podamos hacer con nuestros actos, con cada uno de aquellos que nos rodean, con la solidaridad frente al egoísmo del “sálvese quien pueda”

2ª LECTURA / 12ª temporada

En la novela todo comienza sin que nadie quiera creer que algo malo vaya a suceder, o al menos nada catastrófico. Los signos están ahí, pero nadie quiere verlos, esas ratas enfermas que comienzan a aparecer por toda la ciudad. La burocracia mira a otro lado cuando comienzan a darse cuenta de la multiplicación de casos, nadie desea sentirse responsable de tomar decisiones drásticas, de molestar a la población, especialmente cuando nadie piensa que ellos, la inmensa mayoría, van a ser uno de los desafortunados a los que les toque sufrir la enfermedad. Camus dibuja con precisión de cirujano el desconcierto ante la pandemia, la negación ante lo evidente; la plaga no está hecha a la medida del hombre, por tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa. Y debido a esa incredulidad sucede que continuaban haciendo negocios, planeando viajes y teniendo opiniones. ¿Cómo hubieran podido pensar en la peste, que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres, y nadie será libre mientras haya plagas.

En la novela vemos como la precaución burocrática de las autoridades por no molestar en exceso a la población con medidas más exigentes lleva a que la enfermedad se extienda, allí donde quizá podría haberse detenido. El miedo lleva a su vez a los ciudadanos a no querer reconocer lo evidente.

Sobre el argumento

‘La peste’ se publicó en 1947 y, como señala Marc Bassets, fue un éxito de ventas y de críticas, pese a puntuales reparos iniciales. «No dudo en considerarla como una de las obras más importantes no del año, si no de una época», sentenció el crítico de Le Monde. La novela, que narra los meses de cuarentena por una epidemia en la ciudad portuaria de Orán, en la Argelia francesa, de inmediato se convirtió en un clásico, aunque en términos estrictamente literarios ‘La peste’ no siempre ha sido tan valorada como ‘El extranjero’.

Como señala Ana Lorenzo, ‘La peste’, una alegoría del nazismo en la Francia ocupada por Alemania es, sobre todo, una invitación a la reflexión. Sobre la supervivencia, el miedo, la responsabilidad (individual y colectiva), la soledad, las relaciones, la esperanza o el fracaso. Y, por qué no, una invitación también a la toma de decisiones. Una elección sobre cómo situarse en el mundo ante una realidad al límite. En definitiva, quiénes decidimos o escogemos ser. Y quizá en esta disyuntiva, y en su necesidad, resida la verdadera vigencia de la novela.

Como indica Francisco Rubio, ‘La peste’ no solo simboliza la guerra, sino también al mal que se expande cada día más en los corazones y que no permite al hombre dejar de un lado el egoísmo, el beneficio propio y la hipocresía que tanto le hacen daño a él y a sus semejantes. No existe alguien que haya salido victorioso cuandoha actuado de esa manera. El protagonista de la novela, el doctor Rieux, cree que cualquier trabajo bien desempeñado, es una forma de realizarse y de solidarizarse con los demás. Además, hace una reflexión esencial sobre el conocimiento y su poder de iluminar el presente con las enseñanzas del pasado.

La expectativa de la enfermedad y la muerte, según Rafael Narbona, nos coloca ante las preguntas fundamentales que solemos evitar o postergar. Camus piensa que no existe Dios, que la fe es una expresión de impotencia, pero opina que el escepticismo no nos has hecho más libres. Solo nos ha dejado más desamparados.

La capacidad de sacrificio del doctor Rieux, protagonista de ‘La peste’, pone de manifiesto que atribuimos una importancia excesiva a nuestro yo. La grandeza del ser humano reside en su capacidad de amar, no en su ambición personal. No hay nada hermoso en el dolor, pero indudablemente nos abre los ojos y nos obliga a pensar. La inteligencia del hombre solo le hace más desgraciado, pues le muestra que el universo está gobernado por el azar. Camus admite que sin la perspectiva de lo sobrenatural, todas las victorias del hombre son provisionales. La victoria definitiva y total corresponde a la muerte.

La Peste es una de las obras maestras de la literatura, con cada lectura, y pueden hacerse varias sin agotar sus sentidos, algo nos enseña. Cada uno de los personajes que visita sus páginas es un arquetipo moral en el que podemos vernos reflejados o al que podemos rechazar. 

Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan […] ¿Cómo hubieran podido pensar en la peste, que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre mientras haya plagas.

«Un libro, una hora» CADENA SER

comentarios
  1. martinponce68 dice:

    Muchas gracias,Óscar.Por hacerme descubrir lecturas, aunque para muchos son clásicos ya descubiertos.Apasionante es «Peste» que nos presentas.Un abrazo,amigo.

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