«Es mi libro con más páginas marcadas. Sus relatos son tan descarnados (sórdidos incluso) y tan divertidos que me tienta hacer algo con ellos».
Pedro Almodóvar
Premi Llibreter
Mejor Libro del Año según Babelia
De los mejores libros del siglo XXI según Esquire
Uno de los 40 libros imprescindibles escritos por mujeres según Elena Ferrante
«Recien aparecido en Estados Unidos arrasó en los suplementos literarios y tiene todos los puntos para convertirse en un libro de culto». Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia
«Lucia Berlinpasó su vida en la oscuridad. Ahora se la reverencia como a un genio literario». Brigit Katz, The New York Times
Con su característico toque de humor y melancolía, Berlin se hace eco de su vida, asombrosa y convulsa, para crear verdaderos milagros literarios con episodios del día a día. Las mujeres de sus relatos están desorientadas, pero al mismo tiempo son fuertes, inteligentes y, sobre todo extraordinariamente reales. Ríen, lloran, aman, beben: sobreviven.
Uno de los mejores libros del año según The New York Times, The Guardian,
Punto de encuentro: Calle Mayor esquina a Calle Bailén, junto al Consejo de Estado
Finalización del itinerario: Paseo de Recoletos (frente a la Biblioteca Nacional)
Duración aproximada: 2 horas
El Club de Lectura de la Biblioteca de Morata de Tajuña celebra el centenario de «Luces de Bohemia». Lo hace con la lectura compartida de la inmortal obra de Valle y con el mejor complemento posible, la visita guiada a los escenarios más relevantes que aparecen en «Luces de Bohemia» y aquellos que tienen que ver con la vida madrileña del inventor del esperpento.
El comentario de «Luces de Bohemia» tubo lugar en el encuentro celebrado el VIERNES 5 DE ABRIL / 19:00h. de 2024 en la Biblioteca Municipal. El domingo siguiente, 7 de abril, disfrutamos de la ruta guiada por el Madrid de Valle-Inclán. ¡No se puede disfrutar más una lectura!
Publicada por entregas en 1920 y editada en su versión definitiva cuatro años más tarde, Luces de Bohemia es una de las principales obras del teatro español del siglo XX. Se trata de un texto desagarrado, con un enfoque crítico hacia la realidad española contemporánea, que inaugura el género creado por Valle: el esperpento.
A través de un paseo por el corazón del Madrid histórico, acompañaremos al protagonista de la obra, Max Estrella, durante las últimas horas de su vida. De su mano, conoceremos desde un punto de vista crítico la realidad del Madrid de los años 20 del pasado siglo en un recorrido que nos llevará a conocer diferentes ambientes y situaciones.
Comenzaremos nuestro paseo en busca de la cueva de Zazatustra, librería que no existió, pero que está inspirada en algunas de la época. Luego visitaremos la Buñolería Modernista, donde Max Estrella se encontró con los jóvenes de modernistas y después trataremos de localizar la poco recomendable Taberna de Pica Lagartos. A continuación, evocaremos el imaginado Café Colón, donde Max saludó a Rubén Darío, y explicaremos en qué local pudo inspirarse Valle para idear ese café que no existía.
Proseguiremos por la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol, donde leeremos el diálogo entre Max Estrella y el anarquista catalán que tuvo lugar en los calabozos del ministerio de la Gobernación. Interpretaremos asimismo el más famoso de los diálogos de Luces de Bohemia, en el que se define el propio género del esperpento, el que tiene lugar entre el protagonista y Don Latino de Hispalis, por supuesto en el Callejón del Gato.
Finalmente nos dirigiremos hacia el teatro en el que se estrenó muy tardíamente la obra en Madrid. Primero lo hizo en París en 1963, luego el estreno en España fue en Valencia en 1970 y en Madrid no se representó hasta un año después, con la dirección de José Tamayo. Concluiremos nuestro paseo en Recoletos, junto a la escultura del autor de Luces de Bohemia.
D e s e o e s l a p r e g u n t a q u e n o t i e n e r e s p u e s t a. .
L u i s E d u a r d o A u t e
T U P I E L E S M I P I E L
E l d e s e o e s a m o r d e s u d o r c o r r i e n d o p o r e l v a l l e d e t u s s e n o s . T u c u e r p o d e h i e d r a e n r a i z a d a a m i s e r , b o c a d e l p a r a í s o q u e h a b l a d e s d e e l p l a c e r , c u e r p o d e s n u d o q u e c a m i n a p o r m i j a r d í n , m i l f l o r e s q u e n a c e n d e l o s p o r o s , t a l l o q u e s e r o m p e p o r e l v i e n t o .
L a r a z ó n , e l t i e m p o y l a l ó g i c a y a n o t i e n e n s e n t i d o . L a v i d a s e h a c r e a d o a l l í y m i p i e l y a n o s m í a , n i t u y a , e s s o l o u n s u s p i r o e t e r n o y e l r e l o j s e d e t i e n e .
E l c a m i n o s e c l a v a e n e l v i a j e , n o h a y e s t r e l l a s q u e n o t e h a b l e n y l e p i d e s a l a L u n a . N o h a y d i o s e s s i n o p i e l . T a n b e l l a c o m o l a v i d a e f ì m e r a d e l a s a v e s .
LECTURA PÚBLICA DE LOS NUEVOS POEMAS DE CARLA AILINCAI
Carla Ailincai regresa a la Biblioteca de Morata de Tajuña. El próximo VIERNES 3 DE NOVIEMBRE de 2023 tenéis una cita con esta joven creadora. Leeremos y comentaremos juntos sus últimos poemas, un total de nueve composiciones que nos hablan del universo de alguien que siempre supo mirar más allá.
1. Hoja en blanco
Nardos de dolor
para cuerpos muertos de pena.
Lágrimas de amor
que escriben más de mil poemas.
Jardines de terciopelo,
ensangrentadas azucenas
y unas marchitas flores
pintadas con acuarelas.
Presa de un dolor crónico,
si te ve, sabático.
Veo estrellas en el ático,
si es contigo, eufórico.
Cerrado y antipático,
todo era claustrofóbico;
tu amor tan catastrófico,
mi final tan trágico.
Besos sin sabor
para bocas que envenenan.
Noches de terror
bajo luz de luna llena.
Una horrible hoja en blanco
que vacía se siente plena.
Una horrible hoja en blanco
que cuando lloro se llena.
2. Querida estrella fugaz
Mis ojos orbitan – como luna- sus lunares.
A veces sangran.
A veces brillan.
A veces me reflejo en su pupila.
Inundé su cama con un vaivén insonoro.
Se quedó, me amó, se aterró.
Salió corriendo
y se llevó mi sosiego consigo.
Desde la ventana de mi habitación
veo constelaciones,
su rostro dibujado
llora con una estrella fugaz.
Pedí un deseo.
Soplé.
Esperé.
Abrí los ojos y ya no te vi.
<<Querida estrella fugaz,
estréllate en el mar
y borra las estrellas de mi cielo
para regresárselas al suyo>>
Debiste de desear lo mismo
pues algo sucedió a lo lejos.
Sus estrellas se alinearon en un
<<Yo también te quiero>>
3.Entre amarte u odiarte
Entre soñarte o escribirte
decidí extrañarte,
porque buscarte no es opción.
Si te encuentro, me esquivas,
las horas lloran, gritan,
se mecen, desesperadas,
aún recuerdan tu olor.
Entre herirte o hablarte
decidí sentirte,
tu voz en el viento crea fricción.
Te busco en mis estrías
pues antes te dibujaban.
Sentías (o finjías)
aquella gota de amor.
Entre amarte u odiarte
decidí morirme.
vivir sin mentirme es solo ficción.
Tú pupila en mi pupila
siempre estaba dilatada.
A veces me querías,
casi siempre diría yo.
4. Un poeta suicida
Esta es la historia
de un poeta suicida,
llenaba el papel de vida
y este se la arrebató.
Escribió, lloró,
se sinceró,se quitó la vida
con palabras, con heridas;
con papel y una cuchilla
componía en su habitación.
La carta de despedida
que a lo lejos reluce
es una despedida agridulce,
-más agria que dulce-
un poeta ordinario
que escribía su destrucción.
5. Déjame amarte primero
Déjame amarte primero, que si hay daño de por medio,
no mereces saberlo, mejor lo recibo yo.
Déjame amarte primero, dedicarte cien mil versos
y que veas como te amo pero tú a mí no.
Mi piel no es perfecta, pero mi amor es sincero
y como no es mi cumpleaños, le soplé y no se apagó.
El viento no susurra ni me chiva tus «te quieros»,
no nos dibuja la luna y mucho menos lo hace el sol.
Mis ojos tristes no lloran, te amaban, antes lo hacían.
Mis ojos tristes no lloran, recitan, llenan vacíos.
Club de Lectura Biblioteca Morata de Tajuña – 9ª LECTURA / 13ª Temporada
Afrontamos una nueva lectura. En este caso os invitamos a compartir la historia de Anselma, una maestra jubilada, viuda, sola, relegada desde hace años a una existencia gris. En una sofocante noche de verano encuentra al lado de un contenedor de basura un magnífico papagayo y, sin pensarlo, decide llevárselo a casa. Desde ese momento todo cambia: la coraza tras la que se protegía va cediendo y, mientras se ocupa de este huésped inesperado, afloran en ella recuerdos que creía perdidos: el cariño por su mejor amiga de la adolescencia, las ilusiones y el desengaño del matrimonio, el entusiasmo de su carrera como maestra… Gracias a Luisito, Anselma recupera las ganas de vivir. Sin embargo, tendrá que defenderse de las humillaciones de quienes no soportan su felicidad.
A partir de una noticia enterrada desde hacía años en su memoria, Susanna Tamaro ha creado una breve e intensa novela sobre la fuerza de los sentimientos y el poder redentor del amor. Una fábula moderna que ha conmovido y divertido a los millones de lectores de Susanna Tamaro en todo el mundo.
Biblioteca Municipal Morata de Tajuña -«MORATA ESCRIBE», espacio virtual para la difusión de obra de autores locales.
Biblioteca Municipal Morata de Tajuña
Los textos que a continuación publicamos son los ladrillos con los que construiremos un nuevo encuentro con Carla Ailincai. Carla sigue regalándonos retazos de impulso literario. Urgente, palpitante y sincero; las narraciones que ahora presentamos son ensayos para algo más grande y, por qué no decirlo, cada vez más cercano.
Biblioteca Municipal Morata de Tajuña – «MORATA ESCRIBE», ESPACIO VIRTUAL PARA LA PROMOCIÓN DE OBRA DE AUTORES LOCALES.
Coincidiendo con la llegada de la primavera, el 21 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Poesía. En la Biblioteca Municipal de Morata de Tajuña lo celebramos regalando versos de esta joven autora local.
Cuando: Viernes 24 de marzo / 18:00h.
Dónde: Biblioteca Municipal
Todos los públicos
1.- Un sustantivo
Estando tumbados, en tu lecho me acomodo.
Eres tú, no Morfeo, el que me sostiene en sus brazos
Tú dame la mano y dime que puedo con todo,
A pesar de ver el miedo en cada uno de mis trazos.
El amor es denso, es tan solo un sustantivo,
Pero refleja algo inmenso sin dotarle de adjetivo.
Y es que ahora que lo pienso, el amor está prohibido,
Pero es algo tan extenso que al final pierde el sentido.
Me estremezco ante tu tacto, no me puedo controlar.
No bajaste las estrellas pero me llevaste a verlas.
No sé si es buena idea, pero lo quiero intentar.
Quiero que sane la herida sin tener que coserla.
2.- Cuánto tarda
¿Cuánto tarda en aprenderse
que un segundo te abandona?
que un minuto de tí huye
y una hora ni se asoma.
¿Cuánto tarda en entenderse
Que el día no te emociona?
Las semanas van y vienen
Y los años no perdonan.
¿Cuánto tarda en comprenderse
Que la vida te estaciona?
Porque estando detenido
nada se soluciona.
¿Cuánto tardará en perderse
aquella risa que se asoma?
y con un trémulo leve
te confiesa cuánto llora.
3.- Peligro
Estoy en peligro. No lo estoy. Es decír sí, pero me siento bien. No. No, no, no. Estoy en peligro. ¿Estoy en peligro?
No veo nada, pero a juzgar por los crujidos que se escuchan al caminar deduzco que estoy en un bosque. Mis pies descalzos han empezado a dolerme de tanto pisar las frías ramas y hojas secas. Tengo los ojos cerrados ¿por qué? No lo sé. Tal vez debería abrirlos y ver… ¡No! Estoy en peligro. Estoy en peligro.
Borré de mi mente cualquier tipo de pensamiento intrusivo y me centré en mis pasos, los cuales se habían acelerado notoriamente. ¿Desde hace cuándo estoy corriendo? Más bien, siento que huyo de algo. Estoy cansada, mejor paro y… Pero, ¿en qué pienso?Estoy en peligro. Estoy en peligro.
El bosque parecía no tener fin y mis pies llenos de heridas se negaban a frenar. Corrí por lo que pareció una eternidad hasta que me choqué contra algo. Un árbol. Espera, ¿desde cuándo los árboles son así de blandos? Estiré mi mano para poder apreciarlo mejor. Estaba a punto de tocarlo, era… Estoy en peligro. Estoy en peligro.
El aire empezaba a escasearme y mi garganta estaba pidiendo a gritos un sorbo de agua. Hacía ya un tiempo que había dejado de correr, aunque seguía caminando muy aceleradamente. Suerte la mía al escuchar una especie de corriente. Supuse que era un río. Sí, es un río. Fui acercándome al lugar de donde provenía el sonido, me agaché para coger el agua con mis manos, saciar mi descomunal sed y… Estoy en peligro. Estoy en peligro.
Aquella molesta voz en mi cabeza volvió a aparecer y empecé a correr automáticamente. A partir de allí todo pareció convertirse en una especie de pesadilla. Escuchaba gritos, gruñidos, llantos… Un momento, ¿acaso eso son risas? Mis labios se curvaron hacia arriba al oír el suave cantar de los pájaros, quise pararme a escucharlos tranquilamente pero… Estoy en peligro. Estoy en peligro.
La estridente voz de mi cabeza volvió a aparecer. Ahora cada vez hacia más frío. El suelo parecía estar formado de pinchos y mis pies ya no podían aguantarlo. Corría y corría en contra de mi voluntad. ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy?
Llegó un punto en el que mis piernas fallaron y caí bruscamente al suelo. Mis brazos hacían el vago intento de arrastrarse y escapar pero mi cuerpo no tenía fuerzas. Me tumbé boca arriba esperando mi final. Estoy en peligro. Estoy en peligro. ¿Por qué estoy en peligro?
Aquella voz en mi mente poco a poco se fue desvaneciendo y con ella los gritos, llantos y gruñidos que resonaban hace un par de minutos atrás. ¿Qué está ocurriendo? ¿Dónde está el peligro?
Reuní las pocas fuerzas que me quedaban, abrí los ojos y…
¿Acaso puede una persona estar en el infierno y ver las estrellas?
4.- Caricias perdidas
Estoy viéndole en el baile
Danzando con otro ser.
Mi corazón quiere llorarle
Al verle tocar su piel.
Me trago el dolor amargo,
Esta besándole la sien,
La está amando como yo amo
Aquellos ojos color miel.
Bebiendo de mi sangre,
Un clavo no saca otro clavo,
Pero cuando te desgaste
Desearías que hubiese estado.
Cuando grite y me desgarre
Voy a aferrarme al pasado,
Porque tú estabas en él,
Tú estabas a mi lado.
No son versos, no son rimas
Son las caricias perdidas,
Es mi cuerpo en sufrimiento
El cual arropas y encariñas.
Resultaron ser mentira
Los momentos de alegría
Que vienen a mi recuerdo,
Y el dolor de compañía.
Muerdo el valle de tu cuello,
Cada curva de tu cuerpo.
Tu sonrisa, incluso el pelo
Me llevan directo al cielo.
Voy corriendo, voy sin frenos
Directo a probar tus besos,
Haz de este momento eterno
Ya no quiero verte lejos.
5.- Hemorrágico
Soltando fríos suspiros
Antes de pasar el filo,
Que causaron la disfagia
De este terrible destino.
Lo bonito es trágico,
Mágico, puro, distinto;
Sufrir es infinito
Cuando es hemorrágico.
Las heridas de mis brazos
Enseñan mis intentos
Y aquellas del corazón
Reflejan todo mi pasado.
No sabéis lo que daría
Para comenzar de nuevo,
Y sentirme orgullosa
De cada uno de mis fallos.
Aquella pequeña herida
Se cansó de estar cerrada
Y eso que estaba olvidada,
Noches llorando pasaba;
Divagaba perdida,
No era lo que me esperaba
Y cuando la necesitaba
Me quitó la vida.
La garganta se me cierra,
Siento que se agota el aire.
La muerte me sonríe
Danzando un último baile.
Por dar palos de ciego
Y amores ciegos en braille,
Acabé guardando luto
Al fruto de un corto desastre.
6.- Si no nos queda amor
Si no nos quedan colores, pintaremos un cuadro monocromático, un cielo gris con nubes en forma de corazones que atormentan los nuestros cada vez que nos miramos a los ojos y nos decimos que nos queremos, les hacen sentir este cálido suplicio del cual somos adictos.
Si no nos quedan sonidos, compondremos una canción de amor con cada una de nuestras carcajadas, llantos, susurros, acompañados del suave ritmo de nuestro desenfrenado latir, y danzaremos abrazados hasta que las piernas fallen, y nos contaremos secretos hasta que el dolor estalle.
Si no nos quedan palabras, recitaremos poesía en voz alta mientras acaricio tu pelo y tú te meces en mi regazo, mientras nos miramos y entendemos que no hacen falta palabras para expresar lo que sentimos, que con una simple caricia encendemos una llama, que con una simple mirada nos desnudamos el alma.
Si no nos quedan sueños, nos sentaremos a mirar la luna mientras yo me pierdo contando tus lunares, y nos preguntaremos cuál es el sentido de soñar si no lo hacemos despiertos, si le tememos a las pesadillas. Nos enredaremos entre las sábanas y soñaremos con tocarnos.
Si no nos queda tiempo, nos besaremos hasta sentir como se detienen nuestros alrededores, crearemos un recuerdo eterno de cada trazo de nuestros cuerpos, cada curva, cada matiz, cada aroma, hasta adueñarnos de las horas y romperlas, hasta quedarnos sin aliento.
Si no nos queda amor, nos adentraremos en la penumbra de nuestro cuarto, nos gritaremos y discutiremos, lloraremos y nos odiaremos y por último daremos un paso para volver a querernos y encender aquella luz que nos mantiene unidos, reviviremos esa llama de necesidad y al mirarnos a los ojos nos daremos cuenta de que nosotros somos amor.
7.- Insomnio
Cambias de posición. La cama no se siente cómoda, la almohada está demasiado dura y te daña el cuello. Tratas de cerrar los ojos. El cansancio recorre cada rincón de tu cuerpo, pero tu mente se niega a apagarse.
Te incorporas en la cama. Las dos de la madrugada. Te pasas la mano por el pelo, llevas cuatro horas intentando dormir y ya no tienes más ovejas que contar.
Te recuestas otra vez, con una sensación de ansiedad que te cala hasta los huesos. Sientes que duele, pero no sabes exactamente el qué.
Miras el reloj otra vez, las tres menos cuarto de la madrugada. Te remueves otra vez, incómodo.
Te arropas con la manta, te entra calor, te destapas, te entra frío. Repites el proceso cuatro veces más antes de suspirar pesadamente. Tomas un poco de agua con la esperanza de que haga algo.
De pronto te despiertas con la respiración agitada, el corazón a mil y un sudor frío recorriendo tu cuerpo. Las pesadillas te están matando poco a poco. Miras de nuevo el reloj. Las tres de la madrugada. Has dormido quince minutos, nada más.
El cansancio se apodera de ti mientras tu mente está en una constante lucha por mantenerte despierto. Los ojos escuecen y se sienten pesados, pero se niegan a cerrarse.
Suspiras y esperas a que tu alarma suene para comenzar el día. En la oscuridad de tu cuarto, comiendo techo a las cuatro y cuarto de la madrugada, te das cuenta de que no vas a salir de este infierno y que no vas a volver a dormir.
8.- Voces
Quisiera saber cómo aplacar todas las voces de mi cabeza. Voces que están en un constante murmullo imposible de entender. Voces que te ciegan, que te estallan los tímpanos, que te hacen buscar refugio en el dolor para acallarlas.
Voces que te llevan a la locura, que te hacen sentir un monstruo que no sirve para nada más que sufrir. Voces que te insultan, que te gritan: “¡Mátate! No eres útil. Fuiste un error. Nadie te quiere. Todo es tu culpa. Ríndete. No vas a conseguir nada. Deberías morir. Muerete. ¡Muerete ya!”
Y yo, asustada, busco refugio en aquello que me hace sentir algo, con la esperanza de aquietar mi mente, mientras el corazón late cada vez más y más rápido y la acelerada respiración refleja la falta de oxígeno en mis pulmones.
Cierro mis ojos, la cabeza me estalla en mil pedazos, el pecho duele, el cuerpo arde debido a que el sudor frío se está infiltrando en mis heridas. Todo da vueltas, yo hiperventilando, mi corazón en taquicardia y de pronto todo se para.
La sensación de calma parece apoderarse de mi cuerpo, el pecho no duele, los ojos no escuecen y las voces de mi cabeza se esfuman repentinamente.
Podría estar contenta, pensar que he ganado, que se acabó el sufrimiento, pero me quedo mirando un punto fijo, sin emitir sonido y con la mente en blanco, porque todo pierde sentido cuando mueres.
9.- Pecados capitales
En nuestra habitación hay un olor a jazmín, sudor y sexo, después de beber la leche de tus senos como un loco, -¡qué manjar!- la gula me hizo desearte de nuevo, te hice el amor, te llevé al cielo, horas vagueando, orgasmos entre besos, un «Te amo» y un «Cariño, yo te amo mucho más.»
Dime, cariño mío, ¿a cuántos más los has amado? Me enfurece el pensamiento de que no me ames solo a mí, pero recuerdo que elegiste amar a este pobre desdichado, y mi ego crece y grita «Soy el mejor. ¡Lo conseguí!«
Dime, cariño mío ¿cuántos más han tocado tu cremosa y dulce piel? ¡Qué envidia! ¡Qué fastidio! Mataría por haber sido el primero. Hembra de corazón de oro, solo a ti te quiero poseer,
sé mía y solo mía, hembra, se mía que si no me muero.
¡Oh! Cariño mío, la lujuria me tienta… ¡Va a ganar! ¡Oh! Cariño mío, para lo que quiero de ti no hay elixir. Tú pelo, tu aroma, tus muslos, aquellos que amaba explorar,
tus ojos, tus pechos, tu voz que tantas veces escuché gemir.
En nuestra habitación hay un olor a jazmín, sudor y sexo, familiar combinación que me recuerda a ti, confesándote humana. Tanto el choque como el roce que generaban nuestros cuerpos crearon siete versos, porque siete pecados tiene el alma.
10.- Brillaba más
Cogiste un rayo de sol y lo pusiste en mi pelo,
me besaste y me juraste que yo brillaba más.
Agarraste mi mano, me tocaste y con tus dedos
señalaste las estrellas, dijiste: «Tú brillas más».
Y en las olas se veía el reflejo de la luna.
Me miraste y reclamaste que yo brillaba más.
Junto al faro que su luz a los barqueros deslumbra
me abrazaste y me dijiste: «Tú brillas mucho más».
Noté luz en sus ojos, cuando ella te vio pasar.
Me calmaste, aseguraste que yo brillaba más.
Vi la chispa de sus dedos cuando te quiso tocar.
Me asusté, pero dijiste: «Tranquila, tu brillas más».
Dolor sentí en el pecho al ver que otra te besaba.
Me cambiaste y por ello mis ojos no brillan más.
¿Qué ha pasado, cariño? ¿Por qué me diste la espalda?
Dime ¿por qué te has ido si yo brillaba mucho más?
11.- Veo veo
Veo una niña pequeña
que quería ser amada.
Veo una niña muy pequeña
para estar atormentada.
Veo una niña desnuda,
sobre la cama tirada.
Veo una niña que ha sentido
que su novio la violaba.
Veo una niña que sufre
los maltratos de sus padres.
Veo una niña que llora
en su fría soledad.
Veo una niña que se pierde
en las olas de sus mares.
Veo una niña que le teme
a su propia oscuridad.
Veo una niña que se corta
lidiando con su pasado.
Veo una niña que es muy tonta
por pensar que ha fracasado.
Veo una niña que se odia
porque la han manipulado.
Veo una niña que está rota,
y que en matarse ha pensado.
Veo una niña que ha perdido
el temor a ser herida.
Veo una niña que no ama,
pero está aprendiendo a amar.
Veo una niña que ha encontrado
el sentido de la vida.
Veo una niña que ahora quiere
abrir las alas y volar.
Veo una niña muy valiente
que sola se ha levantado.
Veo una niña muy muy fuerte
que ha seguido luchando.
Veo una niña que se quiere,
que por fin lo ha logrado.
Veo una niña en el espejo.
Veo una niña que ha cambiado.
12.- Preguntas sin repuesta
Te suelo soñar entre escarcha y polvos de estrella, mientras miro la luna y le pregunto «¿Qué es soñar?»
Por la noche te apoderas de mis sueños, haces de pesadillas una adicción de la cual no puedo escapar,
adicción que se hace llamar amor, adicción que no entiendo porque no sé amar.
Le cuento a mi almohada las veces que me dijiste te quiero, y esta llora porque no me dejas hablar.
Por el día me despierto, no te tengo y no entiendo, ¿quién es la realidad para impedirme soñar?
Quiero volver al pasado para, cometer errores, caerme y otra vez intentar.
Quiero luchar para sentirme fuerte, seguir aprendiendo, debo retroceder para avanzar.
Intento recordar momentos que me hicieron feliz, momentos que he olvidado, que me hicieron llorar.
De tanto tropezar con piedras aprendí a crear un camino, no aprendí a correr, pero aprendí a caminar.
Se que no hay líneas temporales ni ciencia ficción, eso es verdad, pero ¿quien demonios es el tiempo para impedirme volver atrás?
Solo escucho el eco de un corazón que de su música no sigue el compás, solo siento una fugaz lágrima que se camufla en la humedad.
Del techo brotan estalactitas, tan afiladas como el suspirar, del suelo las estalagmitas del infierno tratan de escapar.
Mis ojos están cerrados, el color negro me asusta, no quiero mirar, pero un brillo esperpento me ciega y ¿quién es la oscuridad para impedirme mirar?
Un folio en blanco grita ante mis ojos, que mi cuerpo tienta rellenar, cojo el lápiz de madera que astillas intenta clavar.
Mis dedos, casi rotos y ensangrentados, me animan a rimar, nace una dulce poesía ¡Ay!, que dulce que es el mar.
Las lágrimas y el sudor amenazan con la tinta borrar, pero ¿quién es el borrador para impedirme a mí expresar?
Todavía queda algo que da miedo preguntar, que alguien de una vez me diga ¿quién soy yo para no llorar?